Un joven blanco es atrapado en la emoción del sexo con un semental negro en el gimnasio. Él asume ansiosamente el desafío de manejar la gran polla negra, lo que lleva a un salvaje revolcón.
La emoción del gimnasio es palpable, el aroma al sudor y a la masculinidad en el aire.Soy un flaco yogurin, siempre atento a algo de acción.Doco a un pedazo de ébano, su gran polla negra poniéndose a la atención, ansioso de cierta atención.Me atraigo, mi boca se hace agua en la vista.Lo llevo a mi boca, saboreando cada centímetro de su gruesa y dura polla.Sus gemidos resuenan por el gimnasio, mi nombre en sus labios.Pero el placer no termina ahí.Me lleva por detrás, su gran polla oscura estirando mi apretado agujero.El dolor es intenso, pero pronto perdí el ritmo de nuestros cuerpos moviéndose juntos.El clímax es explosivo, su carga caliente llenando mi culo.Solo puedo esperar que nadie nos vea, pero no me importó.Ha valido la pena.
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